Lotus pedunculatus, conocida comúnmente como alfalfa chilota, lotera o cuernecillo grande, es una leguminosa perenne de notable importancia ecológica y agropecuaria. Perteneciente a la familia Fabaceae, esta especie se distingue por su adaptabilidad a ambientes húmedos y suelos marginales, así como por su valor nutricional en sistemas ganaderos extensivos. Su capacidad para establecerse en condiciones adversas y mejorar la fertilidad del suelo la convierte en un recurso estratégico para la gestión sostenible de pastizales.
Morfología y características botánicas
Presenta tallos ascendentes y huecos que alcanzan hasta 1 m de altura, con hojas compuestas por cinco folíolos de disposición imparipinnada. Los folíolos inferiores, de 8-30 mm de longitud, muestran forma ovada o lanceolada con nervaduras marcadas y tonalidad glauca en el envés, mientras que los superiores adoptan configuraciones oblanceoladas u obovadas. Las inflorescencias, dispuestas en umbelas axilares, contienen entre 5 y 18 flores amariposadas de 10-15 mm, caracterizadas por venas rojizas en el estandarte y una quilla falcada en la corola. Los frutos son vainas lineales de 10-40 mm que albergan hasta 25 semillas subglobosas, facilitando su dispersión natural.
Distribución y hábitat
Originaria de Europa, esta especie se ha naturalizado en regiones templadas de América, África y Oceanía, destacando su presencia en las Pampas argentinas y áreas ganaderas de Uruguay. Coloniza praderas húmedas, márgenes de cursos de agua y zonas pantanosas, mostrando preferencia por sustratos ácidos con pH bajo. Su tolerancia a inundaciones periódicas y suelos pobres en nutrientes le permite prosperar en altitudes que van desde el nivel del mar hasta los 2,500 metros.
Importancia agroecológica
Como leguminosa forrajera, Lotus pedunculatus destaca por su producción de biomasa de alta calidad nutricional, con 17-24% de proteína cruda y 68-70% de digestibilidad. Su asociación simbiótica con bacterias rizobias permite la fijación de nitrógeno atmosférico, mejorando la fertilidad del suelo y reduciendo la dependencia de fertilizantes sintéticos. La presencia de taninos condensados (5-9%) en sus tejidos protege las proteínas de la degradación ruminal, incrementando su absorción intestinal y previniendo meteorismos en el ganado.
El cultivar Grasslands Maku, desarrollado en Nueva Zelanda, representa una variedad tetraploide especialmente adaptada a suelos ácidos y condiciones húmedas. Con producción estable durante otoño e invierno, este ecotipo muestra resistencia al estrés hídrico y capacidad competitiva frente a gramíneas invasoras como la gramilla. Su implementación en sistemas silvopastoriles ha demostrado beneficios en el control de parasitosis internas en ovinos y en la recuperación de pastizales degradados.
Aplicaciones y manejo
Recomendada para siembras en cobertura con dosis de 2-4 kg/ha, requiere fertilizaciones iniciales con 40-60 kg/ha de P₂O₅ para optimizar su establecimiento. Aunque su consumo en monocultivo puede reducir temporalmente la digestibilidad de la fibra, su asociación con gramíneas mejora la productividad global del sistema. En etnoveterinaria, las infusiones de sus flores se emplean tradicionalmente como sedante natural para combatir el insomnio.
Preguntas frecuentes
¿Qué suelos son ideales para el cultivo de Lotus pedunculatus?
Prefiere suelos ácidos, húmedos y con baja fertilidad, tolerando anegamientos periódicos y contenidos moderados de salinidad.
¿Cómo afectan los taninos al ganado?
En concentraciones del 5-9%, mejoran la absorción proteica pero pueden reducir temporalmente el consumo en dietas exclusivas. Se recomienda mezclarla con otras especies forrajeras.
¿Qué ventajas ofrece el cultivar Maku?
Mayor producción invernal, persistencia en suelos ácidos y resistencia al pisoteo del ganado, manteniendo rendimientos estables hasta por 10 años.
¿Es apta para zonas con heladas frecuentes?
Sí, su ciclo primavero-estival y sistema radicular profundo le permiten sobrevivir en climas templados con inviernos fríos.
¿Cómo contribuye a la sostenibilidad agrícola?
Fija nitrogeno atmosférico, previene la erosión y reduce la necesidad de insumos químicos, mejorando la rentabilidad en sistemas extensivos