La arnica montana L es una planta herbácea perenne que pertenece a la familia de las asteráceas. Se distribuye por las zonas montañosas de Europa, especialmente en los Pirineos, los Alpes y los Cárpatos. Su nombre científico deriva del griego arna, que significa cordero, aludiendo al tacto suave de sus hojas.
Nombres comunes
Árnica, Navadna arnika, Tabaco de montaña, Estornudadera, Arnica.
La arnica montana se caracteriza por tener un tallo erecto y ramificado de unos 20 a 60 cm de altura, con hojas opuestas, lanceoladas y dentadas. Las flores son amarillas y se agrupan en capítulos terminales de unos 5 cm de diámetro. El fruto es un aquenio con vilano plumoso.
La arnica montana tiene propiedades medicinales reconocidas desde la antigüedad. Se utiliza principalmente para tratar golpes, contusiones, hematomas, esguinces y dolores musculares y articulares. También tiene efectos antiinflamatorios, cicatrizantes, antisépticos y estimulantes de la circulación sanguínea.
Para aprovechar sus beneficios, se puede preparar una infusión con las flores secas o una tintura con alcohol. También se pueden aplicar compresas o cataplasmas con la planta fresca o seca sobre la zona afectada. Otra opción es usar cremas o pomadas que contengan extracto de arnica montana.
Sin embargo, hay que tener precaución con el uso interno de esta planta, ya que puede causar efectos adversos como irritación gástrica, náuseas, vómitos, diarrea, mareos o alergias. Por eso, se recomienda consultar con un médico antes de consumir arnica montana y seguir las indicaciones de dosis y duración del tratamiento.
La arnica montana es una planta que nos ofrece múltiples beneficios para la salud, siempre que se use de forma adecuada y responsable. Es una aliada natural para aliviar el dolor y la inflamación causados por traumatismos o enfermedades reumáticas. Además, favorece la regeneración de los tejidos y previene las infecciones.
